viernes, 20 de agosto de 2010

Sueños

Hoy, mi madre me ha despertado. He despertado y me ha dado pena. Era un sueño precioso.
Soñé con mi última obsesión masculina, cercana a mi. Hace muchísimo que no pensaba en él y me fue raro recordarlo en sueños.
En el sueño yo era unos años mayor, 3 años mas o menos. Volvía de un centro comercial con mis amigas que veniamos de rebajas más felices que perdices y me despedí en el portero de mi supuesto piso, subi 2 plantas en un ascensor y dejé la compra en la cocina... En el dormitorio estaba él, leyendo algo, estudiaba me parece. Le besaba, pero no en plan novela, lleno de pasión y siendo pegajosos. Fue un beso de confianza y de jugueteo, como si llevaramos mucho tiempo conociendonos. Él puso una canción de Blink-182 y me puse a bailar como una loca mientras se reía con una risa de adolescente que no pegaba nada en relación con su ser. Apagó la música, me abrazó con sus brazos atléticos y luego me dio un fuerte beso en la mejilla. Sonó su móvil y colocandose los calzoncillos salió de la habitación. Yo, con mi sensación de felicidad, recuerdo que puse un disco de MGMT y me tendí en la cama a ver una revista sin perder la sonrisa.
En ese momento mi madre me despertó. A veces duele despertar de un sueño lleno de sonrisas.

Zzzz...

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