jueves, 26 de mayo de 2011

Momento para errar.

Hay un momento en la vida en la que todo pasa de ser juegos de niños y más que palabras acciones, a ser algo como un culebrón, una película de los años 60, escritos del surrealismo o una de esas series de adolescentes problemáticos que hasta el momento te había parecido que estaban más que exageradas.
Todo cambia y estás ahí, mirando al pasado y preguntándote como has llegado hasta ahí. Recopilando pasos uno a uno, atando cabos en vano para no obtener respuesta. En este momento, el ya, el ahora, el presente, lo vivimos. Ya ni lo pensamos, porque no es momento de pensar, no estamos en edad de pensar, sólo lo sentimos.
Y así cometemos locuras, disparates, cosas inapropiadas pero a la vez picantes, atrevidas y divertidas. Y sientes más que nada arrepentimiento porque has errado. Errar está mal pero sin ninguna duda volverías a hacerlo las veces que hiciera falta porque los aciertos o erratas nos dan la vida, la emoción y la ambición.
Cada uno manda sobre sus acciones, sobre sus decisiones y sus derechos tomando el control.

No hay comentarios: