domingo, 11 de marzo de 2012

Moon

Y entonces lo entendí. Había luna llena. Los hombres salían a hacer sus extraños rituales de beber, fumar y jugar. Mientras tanto, las mujeres sueñan inseguridad en sus camas semivacías alumbradas por el argentino astro. Así, cuando el macho llega observa su belleza apolínea aunque sus sentidos no sean receptivos a sus condiciones, se excita, hay luna sin duda. Aun así la deja dormir, la observa, disfruta escuchando la armonía de sus suaves respiros. Es suya... o al menos eso cree.

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