jueves, 14 de agosto de 2014

Bienvenidos a la ciudad del RUIDO.

Bienvenidos a la ciudad del ruido.

Bendita sea la música. Nos distrae de todo lo que nos rodea, nos mete en un mundo en el que nos alejamos de la tristeza con la que vivimos. Que bueno es ponerse los cascos y desconectar, ¿verdad?
Pues se me rompieron los cascos.

Si si, los únicos auriculares que tenía y estuve dos semanas con los pies clavados en la tierra, sin sumergirme en ese videoclip musical que creamos subiendo y bajando en tranvía, en guagua, caminando por la calle… Así, camaradas, os invito a la ciudad olvidada, a un lugar que muy pocos recuerdan o que lo tienen delante y se empeñan en ignorarlo: La ciudad del ruido.


Andaba por la calle y descubrí la melodiosa risa de una anciana al ver como su pequeño nieto lloraba a pleno pulmón porque se había tropezado.

El ruido de las hojas de palmera que usa el barrendero para limpiar las colillas de la acera, chas, chas

El estallido de las botellas de vidrio cuando se rompen unas contra otras al tirarlas al contenedor de reciclaje.

Las pitas y motores juntas o dispersas por las distintas calles con un clim clim de una bici de un hippie que quiere adelantar la cola de coches que está formando un perro que ladra en medio de la calle y que nadie sabe de quien es.

El pasar veloz de las páginas del periódico en las secciones de noticias del señor que lee en la cafetería y que siempre que llega a la sección de deportes se ralentiza. 

El jazz del saxo del edificio de en frente, las improvisaciones de guitarra del piso de abajo, el sexo salvaje de los vecinos de arriba y las campanas de la torre de la Concepción. 

Todo esto vive en una ciudad, llena de habitantes invisibles, sonoros. Un lugar donde si llamas a la puerta te recibirá el famoso "toc toc". Solo es necesario destapar esos oídos que se empeñan en oír pero que en realidad nunca han estado dispuestos a escuchar.


1 comentario:

daisy dijo...

Simplemente INCREÍBLE!! =)