domingo, 7 de septiembre de 2014

Un medir y no parar.

Debido a la última película que he ido a ver al cine, Lucy, me he puesto a reflexionar sobre las verdaderas unidades métricas y como se miden según cada persona.




 Siempre nos han dicho que para calcular un metro podemos medirlo con la distancia desde nuestro hombro hasta la mano contraria con el brazo estirado.

Sin importar la longitud del brazo. 

Todos los brazos son iguales.

Ajá...


En el colegio me dijeron que el metro original se encontraba en París, el primero que se hizo. Yo siempre quise ir y comprobar que el de mi clase era igual que ese metro porque… ¿y si me estaban mintiendo? 
Partiendo de eso, hay algunas personas que miden diciendo “está ahí mismo”… 
Juro que la última vez que me fié de esa expresión casi visito el metro original de París. 



¿Y las cantidades? En la cocina esto se convierte en un dilema. ¿Cuánto es una pizca? He visto pizcas que son dos puñados y pizcas que son un grano. Alguien tiene que eliminar las pizcas de nuestra vida porque, sinceramente, no tienen ni pizca de gracia.



Mejor no hablemos de amor… porque he oído auténticas extravagancias. El “te quiero de aquí a la Luna” está más que visto por eso hay opciones más originales.
"Te quiero de aquí a la estrella polar (yendo en unicornio).
"Te quiero de aquí a Los Cristianos y volver." 
"Te quiero Mamá (y no ser madre)... (no pedir explicaciones)

Y para rematar… “como la hostia” para cualquier cosa. 
“Besas como la hostia(Que viva el romanticismo) 




Lucy, ¿cuál es la verdadera unidad de tiempo

¿El tiempo? 

Solo el tiempo lo dirá.

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