miércoles, 30 de noviembre de 2016

VENDRÁN MÁS LUNES NEGROS, EN PLURAL - #CZARNYPROTEST


Si tuviéramos que hablar de pueblos europeos que han caído y han podido levantarse tendríamos que hablar de Polonia. Si habéis estado allí alguna vez habréis notado el silencio, un silencio en los lugares públicos marcado por unos rasgos culturales, una forma de vida ordenada, por un clima frío, quizás incluso por un idioma poco sonoro con ausencia de vocales que recuerda a los silbidos de los primeros vientos gélidos de su otoño, a ese arrastrar de hojas de árboles y a los primeros copos de nieve. Un lunes, concretamente, el pasado 3 de octubre, las ciudades polacas despertaron diferente. Estaban teñidas de negro y se habían armado con una voz fuerte que rompía el orden diario. Las mujeres polacas habían tomado las calles.

Kavzynski, líder ultraconservador del partido Ley y Justicia (PiS) propuso, y luego en el Parlamento se admitió a trámite, prohibir el aborto en su totalidad,  a pesar de que Polonia es un país con una de las políticas más restrictivas al respecto y que ya tiene limitado el derecho al aborto a tres supuestos: embarazo por violación, malformaciones en el feto y riesgo por la vida de la madre. Esta prohibición implicaba penas de hasta 5 años de cárcel a quien decidiera abortar.

Ante estas posibles decisiones no hubo frío ni lluvia que pudiera callar las protestas de la población femenina para luchar por su derecho al aborto. Estas mujeres no estaban solas, contaron con apoyo nacional e internacional por parte de las empresas en las que trabajaban, que les concedieron el día libre para que pudieran asistir a las manifestaciones en sus respectivas ciudades. Gracias al impacto mediático de este movimiento y la organización por las redes sociales de plataformas feministas se produjeron en países de todo el mundo concentraciones para brindar apoyo a la causa polaca por y hacia un género que más allá de las fronteras continúa viviendo con cierta desigualdad y opresión.

Tras un multitudinario lunes negro que se vivió en las ciudades más grandes como Gdansk, Lodz, Poznan, Breslavia y sobretodo en Varsovia, donde acabó la jornada por fuera del parlamento, había finalizado el día sin cambiar la situación. De este modo, muchas mujeres continuaron la huelga y las protestas el martes.

El miércoles el Gobierno polaco había anunciado que abandonaba este proyecto de ley. La parte progresista venció en un país altamente conservador, había puesto por delante sus derechos ante cualquier corriente, creencia religiosa o moral.



Pese a que en el Parlamento Europeo se trató el tema, la Unión Europea no tiene derecho a injerir en esas cuestiones pues no tiene competencias sobre otros estados en políticas sobre el aborto. Sin embargo, destacó un apoyo en la cámara hacia la protesta del Lunes Negro (Czarny Protest). Por una parte, la europarlamentaria de centro-derecha, Barbara Kudrycka, urge a mantener la ley como estaba con declaraciones como ustedes tienen un corazón de piedra, las mujeres no son una mercancía para pagar sus compromisos electorales, no se puede obligar a las mujeres a tomar una decisión que no quieren, no se puede llevar a una mujer a la cárcel por decidir libremente poner fin a su embarazo”. Por otra parte no faltó la presencia y apoyo del grupo feminista FEMEN fundado en el país vecino, Ucrania, y que ha crecido hasta tener carácter internacional. Desde la tribuna gritaban y enseñaron sus pechos desnudos con la proclama “¡protección para las mujeres polacas!”

Todo señalaba a una victoria del papel reivindicativo de las mujeres para gobernar sobre su cuerpo, no obstante, algunos eran reacios a que las intenciones de Kavzynski quedaran ahí. Se creía que solo quedarían cenizas tras lo logrado pero el fuego no se había extinguido del todo. Como algunos pensaban Kaczynski retomó el tema sobre el que le habían quitado la razón para esta vez proponer otra ley similar con el fin de que “incluso los embarazos difíciles vayan hasta el final, que los niños condenados a no sobrevivir tras el parto o que tengan deformaciones muy serias puedan ser bautizados”. Bautizados. Si ya había llegado muy allá con la prohibición del aborto, esto ya se podía tachar de surrealista. Su preocupación prioriza darle derechos a un alma frente a una vida humana. Ante estas declaraciones el Lunes Negro constó de una segunda parte a finales de mes, el lunes 24, en la que se repitieron las protestas (Lunes Negro II). Al gobierno del PiS se le unirían estas con las protestas de unos días después, del 11 de noviembre por el día nacional en el que tradicionalmente la población reivindica temas sociales y nacionalistas.

Esta situación refleja la crisis constitucional que tiene Polonia con la creación y eliminación de partidos y cambios de gobierno. Desde que hace un año llegó al gobierno el PiS se ha demostrado esta inestabilidad con datos que se reflejan en hasta dos manifestaciones sociales al mes en contra de sus políticas y con sus miembros divididos ante las propuestas dentro del Parlamento.


El carácter del PiS no ha cambiado y se auguran otros cambios de este calibre referidos a la libertad sexual de la mujer, tales como el cambio en la comercialización de anticonceptivos o de la conocida como “píldora del día después”. Aún así, desde un punto de vista positivo, esta serie de movimientos contrarios podrían ser la llama que avive unas corrientes progresistas dentro de un estado altamente religioso y conservador. Ahora, la sociedad polaca debe luchar más que nunca, desde el cambio democrático de 1989, por sus derechos civiles para poner freno al retroceso social que pretende imponer el Partido Ley y Justicia.



Sonia Nickichucknez


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