La idea era que ninguna de ellas tenía miedo a nada.
La vida era demasiado corta para hacer preguntas, la
cuestión estaba en la respuesta.
Todas ellas empíricas y darwinistas de pura
raza solo podían ver el mundo en demostraciones y probando cada una de las
cosas que le brindaba el mundo, cada uno de sus placeres, de sus vicios.
¿Por qué temer lo que mismo las crea, lo que mismo las
destruye?
Cada una de ellas era un límite porque no había nada más allá que sus
acciones y emociones.
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