Paso frío, cierro los ojos y ya no lo siento.
Me imagino el verano.
En coche de un lado a otro, rozando el mar, el sol, la canción de frozen, LET IT GO, LET IT GO. Mis amigos. Días enteros en los charcos de El Rayo, buscando nuevas playas escondidas, perdiéndonos para encontrar acantilados en ruinas llenos de margaritas, lugares de pescadores.
La vida en cholas, cine en la playa, vivir a base de pipas, cervezas y pizzas dulces de un euro. "Pernochar" en la ballena de Los Silos (o Buenavista para los que no tenemos ni idea), a las 9 de la mañana SUPERPLAYI otra vez. Si vamos a estar todo el día fuera de casa vivir con las ciruelas que nos dan todas nuestras madres. Solo hay ciruelas y quizás un tupper de sandía.
Hacer una vaquita entre más de 5 personas para comprar una colchoneta individual, y rezar para que dure todo el verano. Los pies curtidos llenos de heridas de los cayados de la playa. Perder un bikini porque te tiras del muelle o porque no hay nadie mirándote en ese charco paradisiaco.
La panza de burro de las 3 de la tarde. La mochila en la que llevabas libros llena de arena. Maletero del coche: bikini, toalla y cholas. CD guapo de reggaeton del chungo. Musiquita de El Vega. Bocadillo del tenderete.
Cara lavada y de noche ojos pintados, ropa de colores y estampados. Tiznados como tizones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario